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Documentos de Posicionamiento. Nuestra voz

Promover la igualdad, reconocer la diversidad. La cultura gitana en un currículum intercultural e inclusivo

El currículum es un ámbito fundamental para la intervención educativa. A menudo nos hemos planteado en qué medida una buena intervención curricular podría ayudarnos en nuestro objetivo de una buena educación para todos y todas y, en particular, para la comunidad gitana.

 

Somos conscientes de que son muy diversas las perspectivas de intervención curricular en función de distintas concepciones, modelos y enfoques. Por otro lado, con alguna frecuencia se nos presentan posibilidades de colaboración en esta temática con instituciones, administraciones, colectivos. Por esta razón, con este breve documento, queremos resumir nuestro posicionamiento para un buen tratamiento de la cultura gitana a través de un currículum intercultural e inclusivo.

1. No es posible una buena intervención curricular en un contexto de desigualdad.

El tipo de intervención curricular es secundario si éste se desarrolla en un contexto de desigualdad. En todo caso, el currículum debería ayudar a trabajar la igualdad y la justicia como punto de partida imprescindible para tratar la diversidad. No hay “neutralidad” curricular en este sentido: es inútil el tratamiento educativo de la diversidad cultural (incluso desde la mejor intención curricular) en un ambiente en el que la desigualdad, la segregación y/o el rechazo son experiencias habituales, más o menos toleradas desde el currículum oculto y las prácticas cotidianas del centro.

 

Plantearse el tema de la justicia e igualdad de oportunidades en el sistema educativo pasa por analizar y evaluar el grado en que el currículum escolar y la organización escolar son respetuosos con las distintas idiosincrasias de los colectivos y personas que tienen que convivir en esa institución.

2. Un buen currículum para todos y todas también lo será para la comunidad gitana.

Un currículum orientado a trabajar la igualdad y la visión positiva de la diversidad será un currículum mejor para todo el alumnado, por lo tanto, también para los niños y niñas gitanas.

 

El currículum debe ser inclusivo e intercultural en todos los centros educativos, exista o no alumnado perteneciente a la comunidad gitana o a cualquier otra. No tiene sentido plantearse una intervención curricular especializada dirigida a grupos específicos, tampoco para la comunidad gitana.

 

Es muy negativo el sesgo habitual que plantea desarrollar un currículum intercultural solamente en los centros donde se percibe la diversidad asociada a la presencia de alumnado gitano o inmigrante.

3. Un currículum intercultural e inclusivo no es un listado de temas sino un conjunto de prácticas.

Un currículum intercultural e inclusivo es mucho más que una sucesión de listados temáticos. El currículum constituye el conjunto de experiencias que conforman las vivencias de los y las alumnas en los centros. El currículum regula la acogida, la explicación de la diversidad, la interacción entre los iguales. El currículum es responsable directo del fomento de buenas prácticas, de la creación de buenas relaciones interpersonales, del fomento de la participación, del ejercicio de la ciudadanía en el microcontexto del aula o del centro.

 

Debemos superar una concepción restrictiva del currículum, centrada fundamentalmente en los contenidos y, muy especialmente, en los libros de texto. Ello conduce a un enfoque aditivo orientado a complementar lo curricular mediante añadidos temáticos, créditos, unidades didácticas específicas… A menudo, desde esta perspectiva, las demandas se centran en la elaboración de “unidades didácticas” que completen la oferta de materiales curriculares estándar. Si no trascendemos esta concepción, es difícil que las “unidades didácticas de cultura gitana” puedan tener una buena utilidad.

 

Debemos recordar que las intervenciones curriculares específicas sólo tienen sentido desde una perspectiva inclusiva e intercultural. Y así, para visibilizar la igualdad puede resultar útil la presencia en el centro de elementos representativos de los grupos minorizados en igualdad de estatus que los del resto. Si el contexto es igualitario, ello puede permitir apropiarse simbólicamente del espacio escolar, hacerlo sentir como propio, sentirse reconocido, reforzar el carácter equilibrado e igualitario de las aportaciones, de los intercambios.

4. Un currículum intercultural e inclusivo implica una manera de entender el conocimiento.

El enfoque curricular implica también una forma de entender el aprendizaje y la construcción de conocimiento. Los aprendizajes se realizan a partir de referentes culturales y se proyectan en contextos sociales concretos donde toman sentido y significado. La diversidad cultural presente en la escuela puede facilitar el aprendizaje social de todo el alumnado si es vivida como un hecho natural.

 

La escuela puede ayudar a la comprensión y a la conceptualización de la realidad social a través de un instrumento que le es propio: el conocimiento. Para ello sería necesario que lo que denominamos currículum deviniera verdaderamente en mediador entre la cultura escolar y la cultura experiencial de nuestro alumnado.

 

Un currículum intercultural debería ayudar, en la práctica, a que alumnos y alumnas doten de significado a sus experiencias y, en su caso, las reconstruyan. Para ello, se requieren al menos dos condiciones: partir de la cultura experiencial del alumno y crear en el aula un espacio de interacción compartido e igualitario.

 

Desde esta concepción de currículum se entenderá la importancia (y también el uso) de las referencias explícitas a la comunidad gitana en el currículum prescriptivo. Su existencia, aunque no sea condición necesaria (ni siquiera suficiente) puede ayudarnos a visibilizar, reconocer e incorporar la aportación cultural gitana en ese contexto de participación e interacción igualitaria que debe ser el currículum en la práctica.

5. El currículum intercultural debe tener muy presente el currículum oculto.

El currículum no sólo se expresa a través de lo explícito. También influye de manera muy importante lo que encubre y lo que omite. El currículum condiciona la percepción que tenemos de los otros, las posibilidades de reconocimiento, las interacciones e interrelaciones, los mensajes de aceptación o de rechazo explícitos y/o encubiertos. El currículum selecciona unas realidades culturales y silencia otras. Las prestigia o las desacredita. En consecuencia, es importante analizar con cuidado las dimensiones de lo que se ha dado en llamar currículum oculto.

 

Un currículum intercultural debería ayudar a representar las realidades culturales del contexto y favorecer, en la práctica, que los alumnos y alumnas puedan dotar de significado a sus experiencias vitales cotidianas. Cuando no es posible esta participación, cuando se produce una ausencia consciente y sistemática de referentes culturales propios o cuando las informaciones son distorsionadas o simplificadoras, el efecto más frecuente es el prejuicio y la desvalorización.

6. Un currículum intercultural e inclusivo debe atender muy especialmente a los aspectos metodológicos.

Un enfoque curricular intercultural implica, más que añadir contenidos, tratar de trabajar de otra manera los contenidos ordinarios para poner de relieve su explicación desde perspectivas culturales diferentes. Incluso un buen currículum (que contara con la inclusión completa y correcta de referencias culturales diversas) no aseguraría un correcto desarrollo en la práctica si no utilizara las metodologías adecuadas.

 

En un enfoque curricular intercultural importa más el cómo que el qué. Más que examinar y añadir contenidos, nos preocupa trabajar de otra manera los contenidos ordinarios para poner de relieve su explicación desde perspectivas culturales diferentes. Nos interesa visibilizar la diversidad y reconocer la diferencia para, partiendo de ellas, producir interacción buscando un reconocimiento igualitario.

 

Sólo habrá currículum intercultural desde un planteamiento transversal, desde un currículum abierto y flexible que permita desarrollos diversos. Y para ello necesitamos estilos metodológicos que organicen la experiencia escolar desde la igualdad, la reciprocidad, la cooperación, la inclusión. Es decir, metodologías de interacción y comunicación, de diálogo entre iguales, proyectos de trabajo, técnicas de estilo cooperativo, diversificación de la organización del aula y de los materiales…

7. No puede desarrollarse un currículum intercultural sin la adecuada formación del profesorado.

Sin duda, las posibilidades de desarrollo de un currículum intercultural e inclusivo dependen en buena medida de la actitud y la formación del profesorado. Ya no puede argumentarse que se trata de un tema novedoso y, sin embargo, constatamos que las actitudes y las competencias del profesorado, con frecuencia, no son aún las adecuadas.

 

Más allá de la formación inicial, urge la revisión del desarrollo y aplicación del currículum por parte de las y los docentes en activo, en particular por lo que respecta a formación metodológica y la sensibilización y conocimiento de la diversidad cultural. Como hemos argumentado, lo sustancial en un currículum intercultural es el establecimiento de un clima de aula de confianza, ayuda, aceptación, cooperación, coproducción. Las ganas de conocer y de reconocer. El compromiso por ayudar, la lucha contra la desigualdad. Sólo desde el conocimiento y desde el establecimiento de un verdadero clima de interacción igualitaria podremos hablar de interculturalidad.

 

Para todo ello el currículum puede constituir un valioso instrumento. Pero es necesario formarse en una concepción y enfoque adecuados, conocer las metodologías apropiadas y asumir un actitud honesta y comprometida.

Finalizando

* * * * *

En otras ocasiones hemos analizado los sesgos del currículum y los modos en que este ha venido tratando la diversidad cultural. También hemos alertado sobre los riesgos de una intervención curricular incorrecta que, aun siendo bienintencionada, puede conducir a efectos indeseables: una percepción estereotipada de la cultura, la trivialización o la folclorización, la invisibilización y/o la asimilación.

 

En consecuencia, con estas siete breves consideraciones queremos subrayar que la reflexión sobre el currículum va mucho más allá de ser una cuestión técnica. Para tratar adecuadamente la cultura gitana en una perspectiva intercultural e inclusiva necesitamos concebir el currículum como el responsable de una práctica social igualitaria, de una experiencia cultural compartida.

 

Este documento ha sido elaborado recogiendo el debate CURRÍCULUM Y CULTURA GITANA, desarrollado en el Seminario de la Asociación de Enseñantes con Gitanos en Toledo los días 20 y 21 de mayo de 2018, con la participación de 46 personas representativas de los diversos Colectivos territoriales y de Comunidades Autónomas que conforman la asociación. Coordinador del debate y relator del documento, Xavier Lluch.

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